Cuba, esa isla donde la música corre por las venas, se prepara una vez más para honrar al jazz con la pasión que solo los caribeños saben imprimirle a sus fiestas. Aunque el Día Internacional del Jazz se celebra globalmente cada 30 de abril, en la Mayor de las Antillas el jazz no espera fechas: aquí se vive todo el año, y cuando llega el momento de festejarlo, se hace con una fiesta que mezcla tradición, innovación y mucha rumba.

Músicos que celebrarán el Día Internacional del Jazz en Abu Dabi
Los preparativos por el Día Internacional del Jazz: talleres, comunidades y escuelas en movimiento
Desde finales de abril, las calles de La Habana, Santiago de Cuba y Santa Clara se convierten en escenarios improvisados. Talleres de percusión en centros comunitarios, clases magistrales en escuelas de arte y jam sessions en parques anuncian la llegada del Jazz Day.
En 2017, por ejemplo, más de 11 mil escuelas cubanas incluyeron lecciones sobre la historia del jazz en sus currículos. Para 2025, aunque los detalles específicos aún se ajustan, el modelo sigue intacto: integrar a estudiantes, músicos aficionados y profesionales en una fiesta colectiva donde el improvisar no es solo una técnica, sino un estilo de vida.
El plato fuerte: festivales que son leyendas
Si hay un evento que anticipa el espíritu del Día del Jazz, es el Festival Internacional Jazz Plaza, que en enero de 2025 cumplió 40 ediciones con más de 200 conciertos en tres ciudades. Artistas como Roberto Fonseca (director artístico del festival) y Bobby Carcassés (presidente honorario) han convertido este encuentro en una plataforma donde el jazz se funde con el son, la rumba y hasta el ballet.
Este año, el Jazz Plaza incluyó desde un homenaje a Irakere —el legendario grupo de Chucho Valdés— hasta un tributo al Buena Vista Social Club liderado por Fonseca en la Sala Avellaneda.
Además, el festival amplió su alcance con el Coloquio Leonardo Acosta in Memoriam, un espacio académico que cumple dos décadas analizando el jazz como fenómeno cultural global.
Los reyes del jazz cubano: de Chucho Valdés a las nuevas generaciones
Hablar de jazz en Cuba es hablar de Chucho Valdés, el pianista que ha ganado cinco Grammy y que en 2025 rindió tributo a La Habana por sus 500 años. Junto a él, nombres como Gonzalo Rubalcaba y Roberto Fonseca (quien mezcla jazz con tradiciones afrocubanas) representan la vanguardia de un género que aquí se nutre de raíces africanas y españolas.
Las nuevas generaciones no se quedan atrás: Aldo López-Gavilán (virtuoso del piano) y Yasek Manzano (trompetista que fusiona jazz con timba) demuestran que la escena sigue viva.
En el Jazz Plaza 2025, jóvenes talentos como Janio Abreu y Ruly Herrera compartieron escenario con leyendas, probando que el jazz cubano es un árbol de muchas ramas.
El jazz cubano en el mundo: de La Habana a los Grammy

Foto: Redes Sociales del Artista
El jazz hecho en Cuba no conoce fronteras. Chucho Valdés ha tocado desde el Carnegie Hall hasta el Montreux Jazz Festival, mientras que Roberto Fonseca ha colaborado con estrellas como Omara Portuondo e Ibrahim Maalouf. Grupos como Irakere revolucionaron el género en los 70 al mezclar jazz con batá y guaguancó, una fórmula que hoy sigue inspirando a músicos desde Tokio hasta Nueva Orleans.
En 2017, cuando La Habana fue sede global del Día Internacional del Jazz, artistas como Herbie Hancock y Esperanza Spalding llegaron a la isla para celebrar junto a los cubanos. Aquel concierto en el Gran Teatro Alicia Alonso, transmitido globalmente, mostró al mundo por qué Cuba es considerada una potencia jazzística.
¿Por qué el jazz cubano conquista al mundo?

Foto: Del Facebook presidente de la Egrem en es momento.
La respuesta está en su hibridación única. Aquí el jazz no es solo un género importado: es un diálogo entre el danzón del siglo XIX, los tambores yoruba y las melodías españolas. Cuando Chucho Valdés toca, suena tanto el blues de Nueva Orleans como el guajeo de un son montuno. Ese mestizaje, sumado a la técnica virtuosa de sus músicos, explica por qué el sello Cuban Jazz es sinónimo de calidad global.
Para Cuba, el jazz no es solo música de élite. En 2025, el Jazz Plaza incluyó talleres de reparación de instrumentos en el Museo Nacional de la Música y llevó conciertos a barrios como el Vedado y Centro Habana. Proyectos como “Música es Mujer”, que promueve a compositoras e instrumentistas, demuestran que el género también es herramienta de inclusión.
Aunque el Día Internacional del Jazz se centra en abril, en Cuba enero y febrero son meses clave gracias al Jazz Plaza. Sin embargo, la esencia del jazz cubano —esa mezcla de tradición y atrevimiento— se respira en cada esquina, cualquier día del año. ¿Lo mejor? Aquí no hay fronteras: el jazz se baila, se canta y se vive como parte del ADN colectivo.