De Miami a La Habana la ruta privilegiada del cemento para el negocio de la nieta de Raúl Castro
Imagen. Instagram Cuba Net
Según un reportaje de CubaNet, basado en datos del Observatorio de la Complejidad Económica (OEC), en 2023 Cuba importó alrededor de 35 toneladas métricas de cemento desde Estados Unidos, por un valor cercano a los 6.000 dólares. Aunque esta cantidad es insignificante comparada con las miles de toneladas importadas desde otros países, su llegada revela dinámicas interesantes sobre el comercio, la gestión estatal y los privilegios en la isla.
El volumen de cemento importado desde EE.UU. en 2023 no alcanza para hablar de un comercio regular entre ambos países. De hecho, representa una fracción mínima si se compara con las importaciones desde Panamá, Canadá, España, Alemania, Turquía o Colombia. Sin embargo, la presencia de cemento estadounidense en Cuba confirma que, a pesar de las “restricciones” , existen mecanismos legales y logísticos que permiten la entrada de ciertos productos.
La empresa Apacargo Express, fundada por el cubanoamericano Eduardo Aparicio y con sede en Miami, ha sido clave en este proceso. Gracias a licencias otorgadas por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de EE.UU. (OFAC), Apacargo ha logrado posicionar cargas en puertos cubanos con mayor rapidez y menos restricciones que otras compañías. Según fuentes consultadas por CubaNet, esta empresa ha facilitado envíos de cemento y otros materiales tanto para obras estatales como para proyectos privados.
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De Miami a La Habana la ruta privilegiada del cemento para el negocio de la nieta de Raúl Castro. Destino y uso del cemento importado
La investigación de CubaNet revela que el cemento estadounidense importado en 2023 fue destinado principalmente a obras de restauración y construcción relacionadas con proyectos de desarrollo local (PDL) en La Habana, financiados en parte por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación. Entre los beneficiarios finales se encuentran emprendimientos privados vinculados a familias de altos funcionarios del régimen, como el caso de Gaia Mercado, una mipyme asociada a la nieta de Raúl Castro, Lisa Titolo Castro.
El procedimiento para importar cemento desde EE.UU. implicó el uso de intermediarios y la canalización de fondos a través de la Oficina del Historiador de La Habana, lo que permitió sortear las restricciones del embargo y justificar la utilización de recursos estatales en proyectos privados. Además, la calidad superior del cemento estadounidense y la posibilidad de importarlo como paquetería, en lugar de carga regular, fueron factores determinantes en la elección de este proveedor.
De Miami a La Habana la ruta privilegiada del cemento para el negocio de la nieta de Raúl Castro. Opacidad y privilegios en la gestión de recursos
A pesar de la existencia de estos mecanismos, la importación directa de cemento estadounidense sigue siendo una excepción. La mayoría del cemento disponible en el mercado cubano, tanto formal como informal, proviene de otros países o de desvíos de inventarios estatales. La importación desde EE.UU. ha estado reservada para proyectos con respaldo político y acceso a fondos internacionales, lo que evidencia la desigualdad y opacidad en la gestión de recursos en Cuba.
Según exfuncionarios consultados por CubaNet, la elección de importar cemento desde EE.UU. respondió tanto a la necesidad de justificar transferencias de fondos de persona a persona como a la conveniencia de camuflar el destino final de los recursos, evitando así controles más estrictos y beneficiando a actores cercanos al poder.
La importación de cemento estadounidense a Cuba, aunque marginal en términos de volumen, es un ejemplo ilustrativo de cómo la economía cubana opera en los márgenes de la legalidad y la transparencia, aprovechando vacíos legales y privilegios políticos para sortear restricciones y favorecer a determinados sectores. Este fenómeno, documentado por CubaNet, pone de manifiesto la compleja relación entre el embargo, la gestión estatal y la emergencia de nuevos actores privados en la isla.