Hombre pierde brazo tras defender sus aguacates en Manzanillo

Imagen: Facebook / Entérate con Aytana Alama
La creciente ola de violencia por el robo de alimentos en Cuba alcanza un nuevo y dramático episodio en Manzanillo, provincia de Granma. Un hombre terminó en el hospital con la amputación de un brazo tras sorprender a dos individuos robando aguacates en su vivienda, un hecho que evidencia la grave crisis social y económica que atraviesa el país.
Ataque con machete
El caso fue reportado por el perfil oficialista Entérate con Aytana Alama, cercano a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), que frecuentemente publica noticias sobre crímenes y operativos policiales en la isla. Según la denuncia, la víctima sorprendió a dos intrusos dentro de su propiedad cometiendo el hurto de fruta. Lejos de evitar el enfrentamiento, uno de los ladrones reaccionó con violencia extrema, agrediéndolo con un machete.
El ataque dejó al hombre con heridas tan graves que fue necesario amputarle uno de los brazos. Fue trasladado al hospital Celia Sánchez Manduley en Manzanillo, donde logró sobrevivir pese a la gravedad de su estado.
Hombre pierde brazo tras defender sus aguacates en Manzanillo: La crisis económica y social impulsa la creciente violencia

Imagen: EcuRed
Esta disputa por aguacates, aparentemente sencilla, revela la alarmante realidad que vive Cuba. La crisis económica, la escasez de alimentos y la precariedad generalizada han llevado a que productos básicos como frutas, arroz y pan sean motivo de constantes enfrentamientos y delitos. Lo que antes podían ser robos menores, ahora se traduce en agresiones brutales y episodios de violencia creciente.
En redes sociales se multiplican las denuncias de peleas, asaltos e incluso homicidios relacionados con la falta de comida. El caso de Manzanillo es solo uno más en una cadena de incidentes donde ciudadanos terminan heridos o fallecidos por defender sus bienes agrícolas ante el auge de los robos.
El deterioro del tejido social y la inseguridad en Cuba
El ataque con machete en Granma refleja el estado de desesperación y la pérdida de valores que sufre la población cubana. La violencia se ha vuelto un mecanismo de defensa ante la creciente inseguridad, el hambre, los apagones y la inflación descontrolada. En este contexto, la protección de cultivos se convierte en una prioridad vital para los vecinos, que ahora enfrentan riesgos extremos.
Los delitos relacionados con el robo de productos agrícolas – desde aguacates hasta cabezas de ganado – han aumentado de forma alarmante, mostrando cómo la crisis afecta directamente la vida cotidiana. La impunidad y la falta de seguridad han creado un ambiente donde el salvajismo se impone, y una fruta puede ser motivo de un ataque brutal.
Lo sucedido en Manzanillo no es solo un incidente aislado, sino un reflejo extremo del colapso económico y social que enfrenta Cuba. Cuando la defensa de un fruto se transforma en una agresión con machete, queda claro que la crisis ha alcanzado niveles críticos.
Para entender la realidad actual de Cuba, es indispensable reconocer cómo la escasez y la desesperación están arrastrando a la población hacia una espiral de violencia que desafía toda lógica y pone en peligro la convivencia pacífica.