Nuevos detalles sobre el asesinato de anciano en Holguín estremecen a la comunidad
Holguín, Cuba – El asesinato de Ángel Ramírez, un anciano de 73 años, sigue causando conmoción en esta ciudad oriental. El crimen, ocurrido en su vivienda del reparto Vista Alegre, ha desatado un fuerte impacto en la opinión pública, no solo por la violencia del acto, sino por los nuevos detalles que comienzan a conocerse y que presuntamente revelan un trasfondo más complejo que el de un simple robo.
Un crimen que marcó la noche
La noche del 19 de julio de 2025, Ángel Ramírez fue hallado sin vida en su domicilio. Según los reportes iniciales, el anciano se encontraba cocinando cuando fue atacado. Presentaba golpes visibles en el rostro, una fractura nasal y signos de asfixia. La escena, descrita por testigos como brutal, dejó consternados a vecinos y familiares, quienes lo recordaban como un hombre tranquilo, generoso y solidario.
¿Robo o móvil personal? Las versiones que circulan
En un primer momento, las autoridades manejaron la hipótesis de un robo violento. Del domicilio faltaban varios objetos: una bicicleta, un balón de gas y un teléfono celular. Sin embargo, alegadamente, el móvil del crimen podría haber sido de naturaleza más personal.
Fuentes no oficiales presumen que el presunto autor, identificado como Carlos Alberto Cuello Pérez, conocido como “Polo”, mantenía algún tipo de relación cercana con la víctima. Se ha especulado sobre una posible dinámica de dependencia económica y afectiva, aunque esta información no ha sido confirmada por ninguna instancia oficial.
Alegadamente, “Polo” habría solicitado una suma de 20 000 pesos cubanos y, ante la negativa del anciano, lo habría atacado, dejándolo inconsciente y luego asfixiándolo con una almohada. Esta versión, de confirmarse, cambiaría el enfoque del caso hacia un crimen con motivaciones pasionales y de abuso de confianza.
Foto: Tomada de CubitaNOW
La rápida detención del sospechoso
La Policía Nacional Revolucionaria detuvo al presunto autor esa misma noche, gracias a informaciones brindadas por vecinos. Según se ha divulgado, “Polo” fue hallado escondido debajo de una cama en su vivienda, ubicada en el mismo reparto Vista Alegre. La recuperación de algunos objetos sustraídos y su venta apresurada habrían facilitado su localización.
Aunque los detalles del operativo no han sido revelados en su totalidad, la rapidez de la captura ayudó a apaciguar momentáneamente la alarma en la comunidad.
Indignación ciudadana ante posible condena leve
Uno de los aspectos más polémicos del caso ha sido la supuesta solicitud de la Fiscalía: una pena de solo 10 años de privación de libertad para el presunto homicida. Esta versión, que no ha sido confirmada oficialmente, ha generado malestar entre vecinos y ciudadanos que han expresado su indignación en redes sociales.
Algunos comentarios apuntan a que el acusado podría estar siendo beneficiado por influencias o “papeles”, aunque se trata, hasta el momento, de rumores no verificados.
Más allá del caso: un reflejo social
Este hecho ha reactivado debates en torno a la violencia, la protección de los adultos mayores y las consecuencias del deterioro del tejido social en entornos vulnerables. No es solo el crimen de un anciano lo que estremece, sino la idea de que el agresor sea alguien cercano, alguien que presuntamente compartía parte de su vida diaria.
La dimensión íntima y el posible trasfondo afectivo-económico del caso —de comprobarse— señalarían la necesidad de abordar no solo la seguridad, sino también el acompañamiento social y psicológico a sectores vulnerables.
Foto: Tomada de Periódico Cubano
Demandas de justicia
Familiares, vecinos y ciudadanos exigen una investigación transparente y una condena proporcional al hecho cometido. La comunidad de Vista Alegre ha elevado su voz no solo por justicia, sino para que el crimen de Ángel Ramírez no quede en la impunidad ni sea reducido a una estadística más.
«Queremos que se haga justicia. Que esto no se repita con ningún otro abuelo, con ninguna otra persona», escribió una vecina en redes sociales. Otros han solicitado, además, que se fortalezcan los mecanismos de apoyo a personas mayores que viven solas.
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La muerte de Ángel Ramírez no puede ser entendida solo como un hecho aislado. Representa una alerta sobre múltiples fallas: la soledad de los ancianos, la normalización de la violencia, el debilitamiento del sentido de comunidad y el riesgo de impunidad ante crímenes graves.
Mientras se esperan las conclusiones oficiales del caso, lo único cierto es que un hombre de 73 años perdió la vida en su propio hogar y que la sociedad cubana, en su conjunto, exige respuestas claras y justicia efectiva.