Un episodio contundente y perturbador ha conmocionado al béisbol cubano este fin de semana: el director del equipo de Sancti Spíritus, Eriel Sánchez, agredió con un bate al comisario técnico Miguel Rojas Rodríguez, después de un partido de la Serie Nacional celebrado en el estadio José Antonio Huelga, según refiere el medio independiente Café Fuerte.
Detalles del incidente
El enfrentamiento ocurrió al concluir el encuentro entre Sancti Spíritus y la Isla de la Juventud, en el que los Gallos triunfaron 5-4. Según versiones recogidas por medios independientes, Sánchez habría protestado una decisión arbitral que, según él, desfavoreció a su equipo, ante lo cual increpó con insultos al comisario técnico Miguel Rojas y al supervisor de árbitros presentes en el estadio José Antonio Huelga.
Cuando se le pidió trasladar las conversaciones a una oficina para dirimir las diferencias, Sánchez perdió el control y utilizó un bate para golpearlos, impactando en la cabeza de Rojas. Testigos relataron que la agresión fue violenta y sorpresiva.
Rojas fue trasladado de inmediato al Hospital Provincial “Camilo Cienfuegos”, donde recibió cinco puntos de sutura. Hasta ahora, no se han reportado daños craneales o cerebrales graves, aunque permanece bajo observación médica para descartar complicaciones. Una fuente vinculada al béisbol espirituano señaló a Café Fuerte que la policía había sido notificada del hecho.
Reacciones y medidas disciplinarias ante la agresión
Captura de Pantalla
Tras el incidente, se anunció una suspensión temporal de Eriel Sánchez por parte de las autoridades deportivas locales. Asimismo, la Comisión Nacional de Béisbol (CNB) cuenta con un plazo de 30 días para investigar y emitir una resolución definitiva.
Hasta el momento, no se ha emitido un pronunciamiento oficial por parte de la CNB confirmando sanciones formales.
En redes sociales y medios independientes, el suceso ha generado indignación. El periodista Yasel Porto, desde su página DPorto Sports LLC, calificó la agresión como un acto grave que “marca un antes y un después en la manera en que estamos entendiendo y permitiendo la disciplina dentro de nuestras Series Nacionales”.
También se ha exigido la expulsión definitiva de Sánchez del béisbol cubano y sanciones ejemplares para desalentar la repetición de tales episodios.
El periodista Boris Luis Cabrera pidió que el suceso “no quede impune ni relativizado como un simple altercado”, destacando que un director que golpea con un objeto contundente traiciona los valores del deporte.
El programa televisivo deportivo Bola Viva, habitual espacio oficialista en la isla, también reaccionó condenando el uso de violencia por parte de un líder deportivo.
Las trayectorias de los protagonistas
El exjugador y entrenador Miguel Rojas. Foto: JIT Yukhi Okboshi.
Miguel Rojas Rodríguez, de 66 años, es una figura respetada dentro del béisbol espirituano. Fue jugador en las Series Nacionales, participó en equipos provinciales y trabajó en funciones directivas y técnicas tras su retiro. Es también comisario técnico en la CNB, con amplia experiencia en el funcionamiento institucional del deporte.
Eriel Sánchez, de 50 años, fue receptor de alto nivel que integró la selección cubana, campeón olímpico en Atenas 2004, y participó en el Clásico Mundial de Béisbol de 2006.
Como mánager, dirigió al equipo Sancti Spíritus y selecciones juveniles, incluidas categorías Sub-23. En su gestión anterior al Mundial Sub-23 en México, fue cuestionado por excluir jugadores talentosos, aduciendo falta de “patriotismo”, una lectura muy debatida en la prensa independiente.
Contexto de violencia en el béisbol cubano
Este incidente no es aislado. En junio pasado, diez peloteros fueron expulsados tras una trifulca masiva en un partido juvenil entre Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, también en el José Antonio Huelga.
En abril de 2024, otra decisión arbitral desencadenó un choque entre jugadores, entrenadores y árbitros en un juego entre Cienfuegos y Camagüey. Además, se han reportado amenazas contra oficiales y disputas tensas dentro del campeonato nacional.
La reiteración de estos episodios sugiere que el béisbol cubano está enfrentando una crisis de disciplina y autoridad. La posibilidad de que figuras con responsabilidad institucional recurran a la violencia física con objetos contundentes representa un umbral peligroso que podría erosionar la credibilidad y el valor ejemplar del deporte nacional.
El suceso del sábado 27 de septiembre es, ante todo, una afrenta a la imagen del béisbol como espacio de competencia civilizada y respeto. Cuando un director agredida a un comisario técnico con un bate, no solo atenta contra la integridad física de un profesional, sino que compromete los valores que debería inculcar en jugadores y aficionados.
Para salvaguardar la confianza del público y proteger la dignidad del deporte, las autoridades de la Comisión Nacional de Béisbol y del sistema deportivo cubano tienen el deber de:
- Ejecutar una investigación transparente y rigurosa en el plazo estipulado (30 días).
- Imponer sanciones ejemplares, que incluyan la expulsión de quien haya incurrido en agresión física, si las pruebas lo confirman.
- Adoptar medidas preventivas que reduzcan la escalada de conflictos: formación en manejo de crisis, protocolos claros entre directivos y oficiales, instancias de diálogo y mediación.
- Garantizar que casos de violencia sean sometidos también al ámbito legal, pues agredir con un objeto contundente es un delito con posibles implicaciones penales.
Solo con acciones decididas y justas podrá restaurarse la confianza en que el béisbol cubano es un espacio de valores, competencia y respeto. La pelota cubana no puede permitirse caer en la trampa de la violencia institucional y la impunidad.