En la actualidad 2 comunidades de humanos ya están evolucionando su cuerpo. Apresúrate a descubrir de que se trata

Foto: Pratisha Manandhar
La evolución humana, lejos de haber concluido, sigue dejando huellas visibles en algunas comunidades del mundo. Recientes investigaciones en poblaciones tibetanas han mostrado cómo el entorno extremo de las alturas puede moldear el cuerpo humano, favoreciendo rasgos que aseguran la supervivencia. Estos hallazgos no solo evidencian el poder de la selección natural, sino que abren nuevas puertas al entendimiento de nuestra capacidad de adaptación.
Adaptaciones únicas en las alturas extremas
El equipo de investigación, liderado por la antropóloga Cynthia Beall, analizó a 417 mujeres residentes en zonas elevadas de Nepal, revelando características fisiológicas sorprendentes. En altitudes superiores a los 3.500 metros, donde la falta de oxígeno es todo un desafío, estas mujeres demostraron adaptaciones que optimizan el transporte de oxígeno en el organismo.
El éxito reproductivo estuvo relacionado con niveles intermedios de hemoglobina, permitiendo una circulación sanguínea eficiente incluso en ambientes hostiles. La sangre, rica en oxígeno pero de flujo ágil, facilita la oxigenación celular sin sobrecargar el sistema circulatorio, algo crucial para sobrevivir a esas alturas.
Otro rasgo notable es el agrandamiento del ventrículo izquierdo del corazón, que permite bombear sangre de manera más efectiva hacia el cuerpo. Este fenómeno, sumado a un aumento del flujo sanguíneo en los pulmones, maximiza la entrega de oxígeno en condiciones de baja presión atmosférica.
La evolución en acción: un fenómeno observable

Foto: Youtube Free Documentary
Este estudio constituye una evidencia tangible de que la evolución humana sigue activa. Las mujeres que presentaban adaptaciones más eficientes registraban un promedio de 5,2 nacimientos, mostrando cómo los rasgos beneficiosos tienden a transmitirse con mayor éxito a las nuevas generaciones.
El Tíbet, con su clima riguroso y la escasez de oxígeno, ofrece un escenario único para observar cómo la selección natural sigue operando. Las adaptaciones encontradas equilibran cuidadosamente la eficiencia en el uso del oxígeno con la necesidad de no sobreexigir el sistema circulatorio, lo que demuestra una refinada solución biológica al desafío ambiental.
Interacción entre biología y cultura

Foto: Evgeny Gorodetsky
Más allá de las transformaciones físicas, el entorno cultural también desempeña un papel importante en la supervivencia y reproducción. Factores como la maternidad temprana y la estabilidad matrimonial favorecen un mayor número de descendientes, aunque las adaptaciones biológicas siguen siendo las protagonistas en este proceso evolutivo.
Curiosamente, las mujeres que presentaban características fisiológicas similares a las de habitantes de tierras bajas tendían a tener más hijos. Esto sugiere que no solo las nuevas adaptaciones, sino también ciertas características ancestrales, pueden ofrecer ventajas reproductivas en condiciones extremas.
Este descubrimiento no solo amplía nuestra comprensión de la evolución humana, sino que también revela cómo la interacción entre cultura y biología sigue esculpiendo nuestro destino como especie.
En la actualidad 2 comunidades de humanos ya están evolucionando su cuerpo. Apresúrate a descubrir de que se trata
Otros ejemplos de humanos evolucionados en la actualidad

Foto: James Morgan
El Tíbet no es el único lugar donde los seres humanos han desarrollado capacidades fisicas para adaptarse mejor a su entorno y forma de vida. Los bajau, una de las últimas tribus nómadas marítimas del mundo, han desarrollado una capacidad increíble que parece ser una superevolución humana.
Se dice que aprenden a nadar antes de caminar, que rompen sus tímpanos para sumergirse en el mar más tiempo y más profundo, y que pasan sus vidas viviendo entre barcos y el agua en busca de perlas, corales y pescado.
Durante más de 1.000 años, esta tribu, conocida como los ‘nómadas del mar’, ha vagado por los mares del sur de Asia en lanchas fabricadas por ellos mismos, capturando peces por medio de la inmersión libre y armados con arpones. Se encuentran en el Triángulo de Coral, región del Sudeste asiático, entre Filipinas, Malasia e Indonesia y son conocidos por su gran capacidad para aguantar sin respirar bajo el agua: 13 minutos.
Bazo desarrollado
Se puede vivir perfectamente sin este órgano que se relaciona con el diafragma, el estómago, el colon, el polo superior del riñón izquierdo y la cola del páncreas. Tiene varias funciones, pero la principal es en el sistema inmunitario. Al circular la sangre filtra los antígenos y en sus centros germinales se sintetizan los anticuerpos específicos conocidos como inmunoglobulinas. Además, es un centro de maduración y destrucción de glóbulos rojos envejecidos y depósito de plaquetas.
Los miembros de la tribu pueden bucear hasta 70 metros con la ayuda de nada más que un conjunto de pesas (para poder hundirse) y un par de gafas de madera. El bazo desempeña un papel clave en la «respuesta de buceo humano» que pone al cuerpo en modo de supervivencia cuando se sumerge bajo el agua, incluso durante breves períodos de tiempo.
Los bajau tienen un gen llamado PDE10A con el que no cuentan sus vecinos en tierra. Este altera el tamaño del órgano mediante la hormona tiroidea
A medida que la respuesta entra en acción, la frecuencia cardíaca disminuye, la sangre se dirige a los órganos vitales y el bazo se contrae para inyectar glóbulos rojos oxigenados en la circulación. Su contracción puede aumentar los niveles de oxígeno en el cuerpo hasta en un 9%.
Un nuevo estudio, realizado por la Universidad de Cambridge, ha descubierto que los bazos de los bajau son un 50% más grandes que los de sus vecinos que viven en la tierra, en Saluan.
Debido a que esta tribu no bucea de forma competitiva, no se sabe con precisión cuánto tiempo pueden permanecer bajo el agua, pero uno de ellos asegura haber estado al menos durante trece minutos.
(Tomado de Gizmodo y El Confidencial)