Violento incidente en la Piquera de Santiago de las Vegas: agreden a chofer de taxi por hacer cumplir las normas

Imagen: Cibercuba
Un hecho lamentable sacudió la tarde del 19 de junio de 2025 en la Piquera de Santiago de las Vegas, cuando un acto de violencia alteró la rutina de quienes dependen del transporte público en La Habana. El chofer Elíasv Alonso Cruzata, responsable del Metro-Taxi Gazelles con indicativo H12-204 de la Ruta 9, fue brutalmente agredido por dos pasajeros tras intentar hacer cumplir las normativas de Taxis-Cuba.
Según el sitio de Facebook Transportación Habana TH , dos pasajeros intentaron abordar el taxi con un equipaje voluminoso, claramente prohibido por las regulaciones vigentes para este tipo de transporte. Al ser informados de la imposibilidad de trasladar esa carga, lejos de buscar una alternativa o dialogar, los individuos reaccionaron con violencia. Armados con un objeto contundente, atacaron al chofer, causándole una herida en la frente.
Este ataque no solo representa una agresión física a un trabajador que cumple su deber, sino que también pone en evidencia la creciente tensión y falta de respeto hacia quienes sostienen los servicios públicos en la ciudad.

Imagen: Facebook Transportación Habana TH
Violento incidente en la Piquera de Santiago de las Vegas. Más allá del hecho una mirada crítica
El incidente ha generado indignación entre usuarios y trabajadores del transporte, quienes denuncian el deterioro del clima social y la falta de protección efectiva para quienes, día a día, garantizan la movilidad de miles de personas. Si bien las normas existen para garantizar la seguridad y el buen funcionamiento del servicio, la realidad muestra que la presión y el estrés de la vida cotidiana, sumados a la falta de alternativas y a la crisis generalizada, pueden detonar episodios de violencia como el ocurrido.
No es la primera vez que trabajadores del sector son víctimas de agresiones por intentar hacer cumplir las reglas. Muchos choferes denuncian sentirse desamparados y expuestos, mientras que las respuestas institucionales suelen llegar tarde o no ser suficientemente contundentes.
La comunidad exige que este acto no quede impune y que se tomen medidas para proteger a los trabajadores del transporte público. La violencia nunca puede ser la respuesta ante una negativa justificada, y mucho menos cuando lo que está en juego es la seguridad de todos.
Este hecho debe servir de llamado de atención para revisar no solo la protección de los trabajadores, sino también la necesidad de fomentar una cultura de respeto y convivencia en espacios públicos. La paciencia de la ciudadanía tiene un límite, y la impunidad solo alimenta el ciclo de agresión y desconfianza.
La agresión sufrida por Elíasv Alonso Cruzata es un síntoma de problemas más profundos que afectan a la sociedad cubana actual: la falta de recursos, el estrés cotidiano y la erosión de las normas de convivencia. Solo con solidaridad, respeto y justicia se podrá evitar que hechos como este se repitan. La denuncia y el apoyo mutuo son más necesarios que nunca.