Salida imprevista de Energás Boca de Jaruco dispara circuitos nacionales: se investigan causas e impacto en la crisis energética cubana

Imagen: Granma .cu
Un hecho inesperado ha vuelto a poner en alerta al país: la salida imprevista de la unidad Energás Boca de Jaruco provocó un disparo automático en varios circuitos del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), según informaciones recién publicadas en las redes sociales y confirmadas por fuentes vinculadas al sector eléctrico cubano. Las autoridades han confirmado que ya se investigan las causas de esta avería, que suma nuevas tensiones a la ya crítica situación energética de la isla.
La salida de la unidad, ocurrida hace apenas 19 minutos, ha dejado sentir sus efectos de manera inmediata, generando cortes en diferentes regiones del país. La noticia se ha viralizado rápidamente en plataformas digitales, donde usuarios reportan fluctuaciones y apagones en diversas provincias, especialmente en el occidente de Cuba, zona que históricamente ha sido impactada por la inestabilidad de las centrales térmicas y su dependencia de la generación distribuida.
Salida imprevista de Energás Boca de Jaruco. Crisis energética: agravamiento y contexto

Imagen: Cubadebate
La crisis energética en Cuba se agrava semana tras semana. El sistema eléctrico nacional enfrenta una situación “grave”, según ha reconocido el propio gobierno, con largas horas de apagones que ya promedian más de 18 horas diarias en algunas regiones, y que en ocasiones superan las 20 horas de interrupción del servicio. El déficit de combustible, la falta de mantenimiento y la obsolescencia de las centrales termoeléctricas, sumados a una demanda que supera los 3.500 megavatios en los momentos pico, han dejado a la población en una situación crítica.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, alertó recientemente sobre el impacto de la escasez de gas, que ha disparado la demanda eléctrica en unos 200 a 250 megavatios adicionales, incrementando aún más el déficit de producción nacional. Además, se ha reportado el incumplimiento de los planes de racionamiento por parte de algunos sectores económicos, principalmente en La Habana, lo que complica aún más la gestión del sistema.
Salida imprevista de Energás Boca de Jaruco. Inestabilidad de las centrales y microsistemas
La inestabilidad de las centrales principales, como Energás Boca de Jaruco y la termoeléctrica Antonio Guiteras, ha sido una constante en los últimos meses. La salida imprevista de unidades clave suele desencadenar la desconexión de grandes áreas del país, obligando a la activación de microsistemas y generación distribuida para mantener servicios vitales y evitar el colapso total.
En los últimos seis meses, el sistema eléctrico cubano ha sufrido al menos cuatro colapsos nacionales, el último ocurrido en marzo de 2025 por una avería en una subestación en La Habana. Estas fallas reiteradas evidencian la vulnerabilidad de la infraestructura y la necesidad urgente de inversiones y mantenimiento, tareas que han sido postergadas durante años por falta de financiamiento y recursos.
Las autoridades han activado los protocolos de contingencia y trabajan en la restauración de los circuitos afectados. Sin embargo, la recuperación total del sistema suele ser lenta y compleja, dada la precariedad de las condiciones técnicas y la escasez de piezas de repuesto y combustible.
Mientras tanto, la población continúa sufriendo las consecuencias de la inestabilidad energética, con protestas registradas en diferentes puntos del país y un creciente descontento social. El gobierno insiste en que enfrenta una “persecución financiera y energética” por parte de Estados Unidos, pero expertos independientes señalan que la raíz del problema es la falta de inversión y mantenimiento en el sector eléctrico, completamente en manos del Estado desde 1959.
La salida imprevista de la unidad Energás Boca de Jaruco no es un hecho aislado, sino un síntoma más de la profunda crisis energética que atraviesa Cuba. La inestabilidad de las centrales y la dependencia de microsistemas evidencian la urgencia de soluciones estructurales, mientras la población clama por respuestas y estabilidad ante la precariedad del suministro eléctrico