Otra promesa más… la venta de 10 mil bicicletas en Cuba !!! La reciente firma de un contrato entre la Empresa Comercializadora Axess, del Grupo Empresarial de Servicios de Transporte Automotor, y la fábrica de bicicletas Minerva de Villa Clara, ha sido presentada como una “alternativa” para aliviar la crisis del transporte en Cuba.
El acuerdo, concretado durante la Feria Internacional de Transporte y Logística (FITL 2025) en Pabexpo, prevé la venta de 10 000 bicicletas mecánicas en moneda nacional (CUP) y la fabricación de 300 triciclos eléctricos para carga y pasajeros.
Venta de bicicletas en Cuba en CUP: ¿Para quién?
Foto: Periodismo del Barrio
Según Leonides Licea, director general de Axess, las bicicletas serán distribuidas en toda la red de tiendas del país, incluido el Municipio Especial Isla de la Juventud. El objetivo, dice, es
“tributar de manera directa a la movilidad de la población, una vez que esté concluida su producción”.
Ironías de Cuba una vez más, solución efímera y siempre en promesa, aun ni hay bicicletas y ya creen que las tendrán, ni que fuese la solución o las necesarias según la posible demanda.
Pero la pregunta que se hacen miles de cubanos es:
¿Quién podrá realmente comprar estas bicicletas?
Aunque se ha anunciado que serán vendidas en CUP, el precio final sigue siendo un misterio. En las tiendas en moneda libremente convertible (MLC), una bicicleta Minerva ronda los 220 dólares.
Si el Estado aplica el tipo de cambio informal de 400 CUP por dólar (como ya hace Etecsa), el precio de una bicicleta podría superar los 88 000 CUP, casi 40 veces el salario mínimo en Cuba.
Incluso si se usara la tasa oficial de 120 CUP por dólar, el precio sería de 26 400 CUP, todavía inalcanzable para la mayoría de los trabajadores estatales.
Un déjà vu del Período Especial son las bicletas en Cuba
Cubanet
Para muchos, la imagen de miles de cubanos pedaleando por las calles revive recuerdos del Período Especial de los años 90, cuando la escasez de combustible y transporte obligó a buena parte de la población a moverse en bicicleta.
Hoy, tres décadas después, el gobierno vuelve a presentar la bicicleta como solución, en medio de una crisis energética que ha paralizado rutas, dejado ómnibus fuera de servicio y reducido la movilidad a niveles históricos.
En 2024, el transporte público trasladó casi 49 millones de pasajeros menos que en 2019. El tráfico de carga doméstica cayó un 19% respecto al año anterior, alcanzando la cifra más baja en 20 años.
El deterioro de la infraestructura, la falta de piezas de repuesto y la escasez de combustible han convertido el simple acto de moverse en una odisea diaria.
Bicicletas en Cuba: ¿Alternativa ecológica o resignación forzada?
El discurso oficial habla de una alternativa “económica y ecológica”, pero la realidad es que la bicicleta se convierte en la única opción para quienes no pueden pagar taxis privados o vehículos en MLC.
La iniciativa incluye la apertura de talleres para mantenimiento y venta de partes, pero la experiencia demuestra que la escasez de repuestos y la falta de recursos suelen convertir estas promesas en letra muerta.
El acuerdo también prevé la fabricación de 300 triciclos eléctricos para carga y pasajeros, pero es una cifra simbólica frente a la demanda real y la magnitud del problema.
La mayoría de los cubanos seguirá dependiendo de sus piernas, mientras el Estado insiste en soluciones de emergencia que no atacan las causas profundas de la crisis.
Más promesas, más sombras
El gobierno cubano ha reconocido la debacle del transporte público, atribuyéndola a la crisis económica global, el embargo estadounidense y el deterioro de infraestructuras.
Sin embargo, la falta de reformas estructurales y la ineficiencia administrativa han agravado una situación que afecta a millones de ciudadanos, obligados a soportar largas esperas, rutas canceladas y precios prohibitivos.
Mientras tanto, la venta de bicicletas en CUP se presenta como una “solución” que, en la práctica, solo estará al alcance de una minoría.
El cubano de a pie, con salarios congelados y una economía en ruinas, ve cómo el gobierno repite viejas fórmulas y multiplica las promesas, mientras la movilidad sigue siendo un lujo para pocos.
En Cuba siempre hay que pedalear para sobrevivir
La bicicleta, símbolo de resistencia en los años 90, vuelve a ser protagonista en el drama cotidiano de los cubanos. Pero lejos de ser una respuesta real a la crisis del transporte, la medida evidencia la incapacidad del Estado para garantizar un servicio esencial y equitativo.
Más que una alternativa, es la confirmación de que, en Cuba, el futuro sigue llegando a golpe de pedal, entre promesas incumplidas y la sombra de un pasado que nunca termina de irse.