¿Alguna vez has pensado que tu pareja podría ser tu «doble» en otra vida? No es casualidad que tantos novios y esposos compartan más que amor: se parecen en rasgos físicos, personalidad o incluso gustos. ¿Será que el amor es una cuestión de genes? Un nuevo estudio revela que sí, y te va a sorprender.
Amor a primera vista… ¿por genética?

GLAMUOR 25
Desde siempre, la gente ha notado que muchas parejas parecen sacadas de un molde: pelo, altura, estilo, hasta el carácter. Hay quien dice que es por comodidad o costumbres, pero la ciencia acaba de dar un salto gigante para explicarlo mejor. Según un trabajo de psicólogos evolutivos australianos publicado en 2025, heredamos no solo cómo somos, sino también quién nos atrae.
Imagina que eres alto porque tus padres te pasaron ese gen. Pues resulta que también heredas un «gen de preferencia» para sentir atracción por personas altas. ¡Esto cambia las reglas del juego del amor! Así, sin darnos cuenta, terminamos buscando a alguien como nosotros, aunque parece más una intuición que un plan consciente.
Lo probaron con computadoras… y funcionó

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Para demostrar esto, los investigadores no solo se quedaron en la teoría; crearon modelos por computadora donde se simulaban poblaciones con individuos y preferencias heredadas. Durante 100 generaciones virtuales, estas «personas digitales» seleccionaban pareja según sus gustos genéticos, y sorpresa: sin presión social, surgió naturalmente el amor por lo parecido.
Incluso con distintas condiciones, este patrón se mantenía. Esto arrasa con la idea de que solo factores culturales o sociales marcan a quién amamos. A nivel biológico, el amor tiene su propio código.
No solo el físico importa…

Paz Sartori y Diego Larrouturou. Foto: Adrián Echeverriaga
Pero la cosa no termina en la apariencia. De hecho, los científicos aseguran que el mecanismo también alcanza la personalidad o el comportamiento. ¿Eres extrovertido y te gustan las personas con tu misma chispa? Puede ser porque tú también heredaste esa inclinación junto con el rasgo.
Esto tiene un impacto enorme en cómo se forman los grupos genéticos y la diversidad en poblaciones humanas y animales. El amor, entonces, no solo cambia vidas, ¡también influye en la evolución!
¿Qué nos dice esto sobre nuestro corazón (y nuestros genes)?
Aunque sabemos que la cultura, los sentimientos y la historia personal importan mucho en el amor, esta investigación abre una ventana fascinante a lo que ocurre detrás de escena.
En palabras de sus autores, el mecanismo es tan simple como elegante: el amor por lo parecido sería una regla universal inscrita en nuestra biología, que no podemos evitar. Así que la próxima vez que te preguntes por qué ese alguien te atrae tanto, a lo mejor la respuesta está en tus genes.
