¿Por qué desapareció Laritza Ulloa de la televisión cubana? La verdad detrás de su retiro

Laritza Ulloa en el NTV / Foto: Cibercuba
Durante años, su voz y su presencia formaron parte del día a día de muchos cubanos. Laritza Ulloa, locutora emblemática de la televisión nacional, parecía tener una carrera imparable. Sin embargo, de un momento a otro, desapareció de las cámaras. ¿Qué fue lo que realmente ocurrió?
Una carrera forjada con pasión
Nacida en 1966 en Ciego de Ávila, Laritza comenzó su camino en los medios con apenas 17 años, en la emisora Radio Surco. En 1986 se trasladó a La Habana, donde logró consolidarse como una de las voces más queridas y reconocidas de la televisión cubana.
Programas como La Revista de la Mañana, A jugar… y el Noticiero Nacional contaron con su presencia y profesionalismo, lo que la convirtió en referente dentro del gremio.

Laritza Ulloa / Foto: CubaNoticias 360
¿Qué pasó con Laritza Ulloa?
Su repentina salida del medio generó especulaciones. Algunos pensaron en decisiones editoriales, otros en motivos personales. Pero fue la propia Laritza quien, tiempo después, reveló la verdad.
Una lucha silenciosa: la laberintitis
En una entrevista concedida al comunicador Alfredito Rodríguez, Laritza explicó que comenzó a sufrir de laberintitis, un trastorno del oído interno que causa intensos episodios de vértigo, mareo e inestabilidad. Estas crisis hacían imposible que pudiera mantenerse frente a una cámara o leer con precisión frente a un micrófono.
«Los mareos eran cada vez más fuertes. No podía estar mucho tiempo de pie y mucho menos en un set de grabación», confesó.

Laritza Ulloa junto a los hermanos Néstor y Luisa María Jiménez / Foto: Facebook
¿Qué ha sido de ella?
Hoy, retirada de los medios, Laritza vive en La Habana. Aunque ya no forma parte del escenario mediático, es recordada con cariño por quienes crecieron escuchando su voz. Su retiro fue una decisión obligada, pero digna, tomada desde el autocuidado y la responsabilidad profesional.
Un ejemplo de dignidad profesional
El caso de Laritza Ulloa no solo revela el costo personal que pueden tener las enfermedades en una carrera mediática, sino también la forma en que muchas figuras enfrentan, en silencio, problemas de salud sin perder su integridad.
Su historia merece ser contada, no como una despedida, sino como un ejemplo de valentía y honestidad.