¡Peligro en las calles! La basura en La Habana ya está causando heridos

Foto: Los Diario Las Américas
Un accidente evitable que dejó un herido y pudo ser peor
A las 5:00 a.m., este periodista caminaba hacia su trabajo cuando un ómnibus de la ruta P-11 pasó sobre unos vidrios rotos arrojados en la calle. Como proyectiles, los fragmentos saltaron y uno de ellos se incrustó en su pierna, provocando una herida profunda y abundante sangrado. A esa hora, con las calles desiertas, tuvo que trasladarse por sus propios medios al hospital, donde recibió cinco puntos de sutura y una indicación de reposo absoluto.
Pero lo más preocupante es que este incidente pudo haber tenido consecuencias aún más graves. ¿Qué habría pasado si el vidrio alcanzaba sus ojos, su rostro o alguna arteria vital? Este tipo de accidentes, completamente evitables, revelan una problemática que va más allá de la suciedad en las calles: la alarmante pérdida de valores y el irrespeto por el entorno urbano.

Lesiones sufridas por el periodista (Foto: Diana Rosa / Facebook)
Calles convertidas en basureros: un problema que nos afecta a todos
Dianna Rosa denuncia en su publicación que la irresponsabilidad ciudadana está contribuyendo a la degradación del espacio público. Desde automovilistas que arrojan desechos por la ventana hasta vecinos que lanzan basura desde los balcones, la ciudad se ha convertido en un basurero al aire libre. Como resultado, La Habana no solo enfrenta un grave problema de contaminación, sino que también se expone a accidentes como el ocurrido en la calle Reina.
Si bien es cierto que el Estado tiene una responsabilidad en la recolección de desechos y el saneamiento de la ciudad, también es innegable que la actitud de la población agrava la situación. Es fácil criticar la ineficiencia de los servicios públicos, pero ¿qué estamos haciendo como ciudadanos para mejorar nuestro entorno? La realidad es que muchos contribuyen al caos, en lugar de ayudar a revertirlo.

Foto: Los Angeles Times
¡Peligro en las calles!: Una llamada de alerta antes de que sea demasiado tarde
Este caso no es un hecho aislado. Las calles de La Habana están llenas de obstáculos que representan un peligro constante: escombros, basura, aguas albañales y desperdicios arrojados sin la menor consideración. Lo ocurrido al periodista herido es una advertencia de lo que podría repetirse con consecuencias aún más trágicas.
Es momento de reflexionar. Si no tomamos conciencia y asumimos nuestra parte de responsabilidad, la ciudad seguirá deteriorándose y poniendo en riesgo la vida de sus habitantes. Como dice el viejo refrán: “Al que le quepa el sayo, que se lo ponga”.