Cuando escuchamos o leemos que alguien busca una donación de sangre pues no se a ti, pero a mi realmente me pone en estado de alerta. James Harrison: el «hombre del brazo de oro», se le conoce así porque tuvo la oportunidad de salvar con su sangre a 2,4 millones de bebés. Pero quién era este hombre y cómo fue esto posible, de seguro te preguntarás.
Cómo nació la leyenda de James Harrison, el «hombre del brazo de oro»

James Harrison fue condecorado con la Orden de Australia en 1999 por su aporte a la sociedad. Foto: Cruz Roja de Australia
Primero te comento que de niño James Harrison tenía pánico a las agujas. Sin embargo con la edad de 14 años, el australiano tuvo que ser sometido a una cirugía mayor de tórax para la que necesitó recibir 13 transfusiones de sangre.
Tras esa operación, su padre le contó lo importantes que habían sido los donantes de sangre para que él estuviera bien, y fue todo esto lo que lo motivó a convertirse en donante. Y por su hazaña constante lo nombraron «el hombre del brazo de oro».
Pero además de toda su buena intención de donar sangre, se debe conocer que el plasma de Harrison contenía un anticuerpo raro usado contra el denominado antígeno D, y en 1966 se descubrió que se podía utilizar para fabricar medicamentos para las madres embarazadas cuya sangre podía atacar a sus bebés aún no nacidos.
A partir de ese momento, la misión a la que se había dedicado cobraba más sentido y comenzaba a tener un mayor impacto. Por lo que comenzó a donar sangre con mayor frecuencia, a cada 15 días o cada semana.
Ese antígeno D se utiliza para fabricar inyecciones que protegen a los fetos de la enfermedad hemolítica del recién nacido. En esta el sistema inmunológico de una mujer embarazada ataca los glóbulos rojos del feto.
Si las sangres de madre e hijo se mezclan durante la gestación, el cuerpo de la madre genera unas proteínas llamadas anticuerpos Rh que no son un problema para el primer embarazo, pero sí pueden serlo para los siguientes.
Pero todo se podía complicar mucho más, pues antes de que se desarrollaran las intervenciones «anti-D», uno de cada dos bebés diagnosticados con la enfermedad hemolítica del feto y del recién nacido podría morir.
La milagrosa sangre de James Harrison, el «hombre del brazo de oro, era la solución a estos males, pues el cuerpo de este hombre producía grandes cantidades del antígeno D. Algunos consideraban que esto quizás era posible por la cantidad de transfusiones que recibió por su operación de tórax.
Pero lo más asombroso aún es que mientras más donaba sangre, su cuerpo producía aún más anticuerpos. Para que podamos entender la grandeza de estas donaciones de Harrison, te explico mientras un donante promedio salva la vida de 17 personas, según la Cruz Roja Australiana, cada donación de Harrison le salvaba la vida a más de 2.000 bebés.
Ante tantas donaciones, y con frecuencia tan seguida, también cabe la duda cómo hacía para no contraer anemia. Pues para prevenirla, el plasma se retiraba de la sangre donada y las células rojas le eran reinyectadas.
Cuál fue la última donación de James Harrison, el «hombre del brazo de oro»

James Harrison en su última donación de sangre en 2018 junto a madres y sus bebés que nacieron gracias a él. Foto: Cruz Roja de Australia
Con 81 años James Harrison quería seguir donando sangre, había superado las 1.000 donaciones de sangre y continuaba. No tenía intención de abandonar esa práctica que había salvado a miles de niños y niñas.
«Seguiría adelante si me dejaran», declaró entonces, con 81 años, en una emotiva ceremonia en la que estuvo acompañado por algunas de las madres y padres cuyos bebés nacieron gracias a su plasma.
Y es que todas o casi todas las inyecciones de la vacuna anti-D en Australia tenían plasma de James Harrison.
Pero por su edad os médicos le prohibieron continuar para evitar que le provocara problemas de salud.
Durante su última donación mientras su sangre fluía desde su brazo derecho hacia la máquina, Harrison afirmó:
«Es un día triste para mí. El final de una larga carrera».
Como dato curioso es que solo 10 veces del total de donaciones, le habían quitado sangre del brazo izquierdo. Todas las demás eran de su brazo derecho, el «brazo de oro».
James Harrison, el «hombre del brazo de oro» fue donante desde hace más de 60 años, donó 1.173 veces y contribuyó a suministrar 2,4 millones de dosis de anti-D a bebés.