Hoy, 23 de mayo, se celebra el Día Mundial contra el Melanoma, una fecha que nos invita a mirar más allá de lo superficial y a tomar en serio la salud de nuestra piel. El melanoma es mucho más que una palabra médica complicada; es el tipo de cáncer de piel más agresivo y, lamentablemente, uno de los más desconocidos para la mayoría de las personas. Hablar de melanoma es hablar de prevención, de autocuidado y, sobre todo, de responsabilidad.
¿Qué es el melanoma y por qué debemos preocuparnos?
El melanoma es un cáncer que se origina en los melanocitos, las células responsables de producir melanina, el pigmento que le da color a nuestra piel. Aunque representa solo un pequeño porcentaje de los cánceres de piel, el melanoma es el más peligroso porque puede avanzar rápidamente y diseminarse a otros órganos si no se detecta a tiempo.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se diagnostican cerca de 325,000 nuevos casos de melanoma en el mundo, y se estima que unas 57,000 personas fallecen por esta causa. Son cifras que asustan, pero que también nos recuerdan la importancia de estar atentos a cualquier cambio en nuestra piel.
¿Cómo se detecta el melanoma?
La buena noticia es que el melanoma, cuando se detecta en sus etapas iniciales, tiene un pronóstico mucho más favorable. Por eso, en el Día Mundial contra el Melanoma, el llamado es a la autoexploración y a la consulta médica ante cualquier sospecha.
¿Pero cómo podemos identificarlo? Hay una regla sencilla y muy útil llamada la regla del “ABCDE”:
– Asimetría: Si divides la mancha o lunar por la mitad, ¿ambos lados son iguales? Si no, es asimétrico.
– Bordes: Los bordes irregulares, dentados o poco definidos son una señal de alerta.
– Color: Atención a los lunares que tienen varios colores o cambian de tonalidad.
– Diámetro: Si el lunar mide más de 6 milímetros (como la goma de un lápiz), hay que vigilarlo.
– Evolución: Cualquier cambio en tamaño, forma, color o textura debe ser consultado.
No se trata de alarmarse por cualquier lunar, pero sí de ser responsables y no dejar pasar los cambios. El melanoma puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluso en zonas que rara vez exponemos al sol, como la planta de los pies o debajo de las uñas.
El sol, el principal enemigo (y cómo protegerte)
La exposición excesiva al sol es el principal factor de riesgo para desarrollar melanoma. Las quemaduras solares, especialmente durante la infancia y adolescencia, aumentan considerablemente las probabilidades de padecerlo en la adultez. Por eso, usar protector solar todos los días, incluso cuando está nublado, y evitar las camas de bronceado artificial es fundamental.
No olvides protegerte con ropa adecuada, sombreros y gafas de sol, y buscar la sombra en las horas de mayor radiación (entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde).
La importancia de la conciencia y la responsabilidad
El Día Mundial contra el Melanoma no es solo una fecha para compartir datos, sino para despertar conciencia y responsabilidad en cada uno de nosotros. Detectar el melanoma a tiempo puede salvar vidas. Así que, si tienes dudas, consulta a un dermatólogo. Haz de la autoexploración un hábito mensual y comparte esta información con tus seres queridos.
Cuidar nuestra piel es cuidarnos a nosotros mismos. Hoy, más que nunca, el Día Mundial contra el Melanoma nos recuerda que la prevención está en nuestras manos. No dejes que un lunar cambie tu historia.