Detienen a 11 personas por minería ilegal de oro en Guantánamo

Imagen: Facebook Guantánamo y su Verdad
Recientemente, un operativo conjunto de las autoridades sorprendió a 11 personas en plena extracción ilegal de oro en las orillas del río Toa y afluentes del río Sabanalamar, en los municipios de Yateras y San Antonio del Sur, en la provincia de Guantánamo. Según se ha informado en el Facebook de Guantánamo y su Verdad. Durante la acción, se incautaron herramientas rudimentarias y pequeñas partículas del mineral, mientras cinco de los detenidos enfrentan cargos por contaminación de suelos, un daño que afecta a toda la comunidad.
Recientemente, en un operativo conjunto del Ministerio del Interior, fueron detenidas al menos 11 personas que fueron sorprendidas extrayendo oro en las orillas del río Toa y afluentes que desembocan en el río Sabanalamar en los municipios de Yateras y San Antonio del Sur respectivamente. Durante la operación, se incautaron herramientas rudimentarias y pequeñas partículas del mineral, y cinco de los detenidos enfrentan cargos por contaminación de los suelos, un daño que afecta a todos sin excepción.

Imagen: Facebook Guantánamo y su Verdad
Detienen a 11 personas por minería ilegal de oro en Guantánamo. La falta de alternativas económicas impulsa la minería furtiva



La minería ilegal en esta región no es un asunto nuevo, pero su persistencia y crecimiento reflejan una problemática social y ambiental mucho más profunda. Los detenidos, en su mayoría jóvenes, trabajan en condiciones precarias, a menudo alejados de sus hogares por semanas, en campamentos improvisados y sin garantías mínimas de seguridad. La promesa de ganancias rápidas, aunque inciertas, los arrastra a un camino peligroso y fuera de la ley.
Este fenómeno tiene un impacto directo en el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un ecosistema único que alberga especies endémicas y una biodiversidad excepcional. La extracción desordenada y sin control pone en riesgo este patrimonio natural, contaminando suelos y ríos, y alterando un delicado equilibrio ambiental.
No es la primera vez que la minería ilegal cobra un costo humano. En 2018, una tragedia en la misma región dejó dos muertos y tres heridos graves tras un derrumbe en una operación clandestina. Ese episodio recuerda que detrás del brillo del oro hay vidas en juego, muchas veces sacrificadas por la falta de alternativas económicas y sociales.
La minería ilegal en Cuba, especialmente en el oriente, es un fenómeno que trasciende el simple delito ambiental. Es un reflejo de la precariedad laboral y la desesperación de muchas personas que, ante la ausencia de opciones dignas, arriesgan su salud, su libertad y el futuro de su entorno para sobrevivir.
Las acciones policiales y las sanciones son necesarias, pero no suficientes. Mientras no se aborden las causas estructurales —falta de empleo, educación y desarrollo sostenible— la minería ilegal seguirá siendo una amenaza tanto para las personas como para el medio ambiente.