Derrumbe de edificio en el municipio 10 de Octubre

Imagen: Perfil de Facebook Alexander Rios Cruz

Imagen: Perfil de Facebook Alexander Rios Cruz
En la noche de ayer 15 de marzo de 2025, un edificio ubicado en el municipio Diez de Octubre, La Habana, colapsó parcialmente, presuntamente dejando a sus residentes atrapados entre los escombros y sumidos en la oscuridad total debido al apagón que afecta a gran parte de la capital cubana desde hace más de 24 horas.
Este incidente, que se suma a una larga lista de derrumbes en La Habana, pone de manifiesto la precaria situación de la infraestructura urbana en Cuba y la ineficacia de las autoridades para abordar este problema crónico.
Testigos en la zona reportaron haber escuchado gritos de auxilio provenientes de los escombros. La falta de electricidad complicó significativamente las labores de rescate, exponiendo las deficiencias en los servicios de emergencia y la infraestructura básica de la ciudad, según reporta en su perfil de Facebook Alexander Rios Cruz
estar completamente a oscuras desde hace más de un día y que de repente tu casa empiece a caerse encima tuyo. Y no ver ni de dónde vienen las piedras. Personas cercanas oían los gritos de auxilio también en medio de la oscuridad. (Perfil de Facebook Alexander Rios Cruz)
Imagen: Perfil de Facebook Alexander Rios Cruz
Derrumbe de edificio en el municipio 10 de Octubre, el mes pasado se reportó otro derrumbe en Santos Suárez
Este derrumbe no es un caso aislado. En febrero de este mismo año, se reportó otro colapso en Santos Suárez, también en el municipio Diez de Octubre. La frecuencia alarmante de estos incidentes subraya la urgente necesidad de una intervención integral en el parque inmobiliario de La Habana.
La combinación de edificios en mal estado y los frecuentes apagones crea un cóctel peligroso para los habaneros. Los residentes viven con el temor constante de que sus hogares puedan convertirse en trampas mortales en cualquier momento, especialmente durante los cortes de energía que se han vuelto habituales.
Las autoridades cubanas han sido repetidamente criticadas por priorizar la construcción de hoteles de lujo, como la «Torre K», mientras los barrios residenciales se desmoronan. Esta disparidad en la asignación de recursos refleja una desconexión preocupante entre las políticas gubernamentales y las necesidades básicas de la población.
A pesar de los informes oficiales que indican la construcción de nuevas viviendas, la realidad en el terreno muestra que estas medidas son insuficientes frente a la magnitud del problema. El déficit habitacional en Cuba, estimado en 800,000 viviendas, sigue siendo un desafío abrumador.
Este último incidente en Diez de Octubre no solo es una tragedia para las familias afectadas, sino también un llamado de atención sobre la urgente necesidad de abordar la crisis de vivienda e infraestructura en Cuba. La falta de mantenimiento, combinada con los problemas crónicos en el suministro eléctrico, crea condiciones de vida peligrosas e inaceptables para los ciudadanos cubanos.
Es imperativo que las autoridades cubanas reorienten sus prioridades hacia la rehabilitación de viviendas y la mejora de los servicios básicos. La seguridad y el bienestar de los ciudadanos deben ser la principal preocupación, por encima de proyectos turísticos o de imagen internacional.
Mientras tanto, los residentes de La Habana siguen viviendo en un estado de ansiedad constante, nunca seguros de si su hogar será el próximo en colapsar, especialmente durante los cada vez más frecuentes apagones que sumen a la ciudad en la oscuridad.