Funcionarios demócratas de 19 estados demandan para bloquear orden electoral de Trump. Para ello presentaron una demanda el jueves contra el intento del presidente Donald Trump de reformar las elecciones en todo Estados Unidos, llamándolo una invasión inconstitucional de la clara autoridad de los estados para gestionar sus propias elecciones.
Esta demanda busca bloquear claves, en los que se incluyen las personas proporcionen prueba documental de que son ciudadanos estadounidenses al inscribirse para votar; como un pasaporte de Estados Unidos, un documento de identificación (ID) o una tarjeta de identificación militar. También una exigencia de que todas las boletas por correo sean recibidas el día de las elecciones.
Los fiscales inciden en que este requisito privaría del derecho a voto a millones de votantes y aseguran que la ley ya exige la prueba de ciudadanía bajo pena de perjurio al registrarse para votar.
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En la orden electoral de Trump también se prohíbe incluir en el conteo los votos por correo que se hayan recibido después del día en que se celebran las elecciones, algo que afecta por ejemplo a California, donde los votos se cuentan hasta varios días después de los comicios.
Las elecciones en Estados Unidos son administradas por los estados y no por el gobierno federal, según señalan los fiscales. Por tanto cada estado elabora sus propias listas de votantes, diseña sus papeletas y certifica sus resultados.
Esta la cuarta demanda contra la orden ejecutiva emitida hace una semana.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James -una de las demandantes junto a otros fiscales como el de California, el de Arizona o el de Nuevo México- indicó que la denuncia trata de detener “el intento inconstitucional del presidente de hacerse con el control de las elecciones”.
«El presidente no tiene poder para hacer nada de esto», escribieron los fiscales generales estatales en documentos judiciales. «La orden ejecutiva sobre elecciones es inconstitucional, antidemocrática y antiestadounidense».
La orden electoral de Trump afirma que Estados Unidos ha fallado «en hacer cumplir la protección electoral básica y necesaria».
Sin embargo, funcionarios electorales aseguran que las elecciones recientes han sido de las más seguras en la historia del país. No ha existido ningún indicios de fraude generalizado, incluso cuando Trump perdió ante el demócrata Joe Biden en 2020.
La orden electoral de Trump es la culminación de las quejas de larga data del mandatario sobre cómo se gestionan los comicios en Estados Unidos.
Después de su primera victoria en 2016, Trump afirmó falsamente que su total de votos populares habría sido mucho mayor si no fuera por «millones de personas que votaron ilegalmente».
Pero también el republicano en 2020, culpó a una elección «amañada» por su derrota y afirmó falsamente que había habido un fraude electoral generalizado y manipulación de máquinas de votación.
Justificaciones de la orden electoral de Trump
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El presidente alega que su orden evita el voto ilegal por parte de extranjeros, no obstantes muchos estudios e investigaciones en los estados han demostrado que es muy infrecuente, por lo que no es argumento sólido para esta orden electoral de Trump.
Se considera que es un intento de controlar las elecciones, intimidar a los votantes y limitar el derecho de los estadounidenses a votar es inconstitucional, antidemocrático y antiestadounidense. Somos una democracia, no una monarquía, y esta orden es una toma de poder autoritaria», apuntó James en un comunicado
Por su parte, Trump confiesa que ha recibido elogios de los principales funcionarios electorales en algunos estados republicanos, quienes consideran que podría inhibir casos de fraude electoral, además les daría acceso a datos federales para mantener mejor sus listas de votantes.
Según lo establecido en Estados Unidos, solo el Congreso tiene el poder de «hacer o alterar» las regulaciones electorales, al menos para cargos federales, pero la Constitución no menciona ninguna autoridad presidencial sobre la administración electoral.