Cigarro Criollo llegará con envoltura de la marca Aromas por falta de insumos
Imagen: ACN
Según un comunicado emitido por la Agencia Cubana de Noticias (ACN), la Empresa de Cigarro Lázaro Peña de Holguín anunció que, a partir de este mes, las cajetillas del cigarro negro Criollo que se distribuyen en la canasta normada llegarán con una marquilla diferente: la del cigarro Aromas, tradicionalmente asociada al rubio. Aunque el contenido del producto no cambiará, esta decisión revela más de lo que aparenta y pone en evidencia las dificultades estructurales que atraviesa la industria nacional.
Más que un cambio estético, un síntoma de crisis
La explicación oficial señala problemas en la entrada de materia prima y en la garantía de materiales para confeccionar las marquillas específicas del Criollo. Sin embargo, esta “medida temporal” no es sino un parche que evidencia la precariedad de la cadena productiva y la falta de planificación para mantener la identidad de un producto con una larga tradición y arraigo en el consumidor cubano.
El hecho de recurrir a marquillas almacenadas para otro tipo de cigarro, que además no se estaban utilizando por problemas financieros, refleja la improvisación y la urgencia por mantener la producción a cualquier costo, aunque esto implique sacrificar la coherencia de la marca y la confianza del consumidor.
¿Transparencia o excusa?
Si bien la empresa destaca su compromiso con la información a los consumidores y la certificación internacional de su sistema de gestión, la comunicación oficial parece más una justificación para encubrir las limitaciones reales que un ejercicio genuino de transparencia. La explicación técnica no termina de ocultar que la industria está operando al límite, sin capacidad para garantizar la calidad integral del producto.
La marquilla no es un detalle menor: es parte esencial de la identidad del cigarro Criollo y un elemento clave para la percepción y preferencia del consumidor. Cambiarla por una que corresponde a otro producto puede generar confusión, desconfianza y una sensación de deterioro en la calidad, afectando la relación histórica entre la marca y sus clientes.
¿Un alivio pasajero o un reflejo de problemas mayores?
La promesa de regresar a la imagen tradicional en septiembre, con la llegada de una importación, suena a un alivio temporal que no soluciona las causas profundas. La industria enfrenta problemas estructurales que van más allá de un insumo puntual y que requieren soluciones integrales para evitar que medidas como esta se repitan o se conviertan en la norma.
El cambio en la marquilla del cigarro Criollo no es solo un ajuste visual, sino un reflejo de las limitaciones económicas y logísticas que afectan la producción nacional. Más allá de la justificación oficial, esta situación revela la necesidad urgente de fortalecer la industria para preservar la calidad, la identidad y la confianza en productos emblemáticos. Mientras tanto, los consumidores reciben un producto que, aunque igual en contenido, llega con una imagen que puede interpretarse como un síntoma de deterioro y falta de estabilidad.