Alerta de Polvo Sahariano en Cuba.Prevención y Cuidados Generales.
Foto: cibercuba
A partir del 3 de junio y hasta el día 5 de este año, toda Cuba estará bajo la influencia de la primera ola de polvo sahariano que se desplaza desde el norte de África.
Este fenómeno meteorológico, caracterizado por la llegada de partículas finas de arena y polvo, puede desencadenar molestias en el sistema respiratorio, especialmente en personas con alergias, asma y otras afecciones bronquiales.
Asimismo, se pronostica una sensación térmica elevada, lo que puede derivar en un mayor riesgo de golpes de calor.
Alerta de Polvo Sahariano en Cuba. Prevención y Cuidados Generales.
Foto: Cubadebate
¿Qué es el polvo sahariano y cómo impacta en Cuba?
El polvo sahariano es un flujo de partículas que se origina en el desierto del Sahara y se transporta a través del Océano Atlántico gracias a las corrientes de viento.
Cuando estas partículas alcanzan nuestro archipiélago, tienden a permanecer en suspensión en la atmósfera y pueden:
Irritar las vías respiratorias en aquellos que poseen hipersensibilidad, generando tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar.
Provocar molestias oculares, como enrojecimiento, picazón y lagrimeo.
Aumentar la sensación de calor, ya que las partículas absorben y reflejan la radiación solar, elevando la temperatura percibida.
Población vulnerable y síntomas más frecuentes
La llegada de polvo sahariano puede agravar síntomas en:
Niños y ancianos, quienes tienen menor capacidad de adaptación a cambios bruscos en la calidad del aire y la temperatura.
Personas con asma, EPOC o rinitis alérgica, para quienes las partículas finas representan un desencadenante de crisis respiratorias.
Pacientes con enfermedades cardiovasculares, ya que la combinación de aire cargado de polvo y calor intenso puede descompensar su estado.
Entre los síntomas más habituales se encuentran:Tos persistente, de tipo seco.
Sensación de opresión torácica y silbidos al respirar.
Estornudos frecuentes y congestión nasal.
Irritación, enrojecimiento y picor ocular.
Fatiga, sudoración excesiva y sensación de calor desmedido.
Recomendaciones generales para evitar complicaciones
Para cuidar la salud durante estos días de alta concentración de polvo sahariano y calor, se recomienda:
Mantenerse bien hidratado: Beber abundante agua —incluso sin sentir sed— para compensar la pérdida de líquidos y favorecer la regulación térmica.
Permanecer a la sombra o en espacios climatizados, especialmente entre las 10 a.m. y las 5 p.m., cuando la radiación solar es más intensa.
Proteger las vías respiratorias: Utilizar mascarillas higiénicas o pañuelos de tela húmeda al salir al exterior para filtrar parte de las partículas en suspensión.
Cerrar puertas y ventanas en el hogar y la oficina, evitando la entrada directa de polvo. En la medida de lo posible, emplear purificadores de aire o mantener ventilación natural en las horas de menor concentración de polvo (temprano en la mañana o al atardecer).
Vestir ropa ligera y de colores claros, preferiblemente de algodón, para facilitar la transpiración y disminuir la sensación térmica.
Limitar actividades físicas intensas al aire libre durante las horas de mayor calor y polución. Si se requiere hacer ejercicio, hacerlo en espacios cerrados o en horarios de menor radiación, y siempre en presencia de agua fresca y sombra.
Consultar al médico ante signos de alarma: Dificultad respiratoria marcada, dolor torácico intenso, fiebre alta o pérdida de conciencia.
Impacto en los servicios de salud y la comunidad
Las instituciones de salud a lo largo de toda la isla podrían experimentar un aumento en la demanda de consultas por síntomas respiratorios y de calor.
Los centros escolares y de trabajo en exteriores deberán ajustar sus horarios o posponer actividades al aire libre.
Por su parte, los trabajadores agrícolas, de la construcción y otros oficios expuestos al sol deberán extremar medidas de protección y tomar descansos frecuentes para evitar golpes de calor.
La comunicación eficiente y la colaboración de la población son esenciales para reducir riesgos.
Compartir esta información mediante grupos comunitarios, redes sociales y medios locales ayudará a concientizar a todas las provincias sobre la importancia de adoptar medidas preventivas.