Una vez más la negligencia médica en Cuba destruye una familia. La indignación y el dolor se han apoderado de Santa Clara tras la denuncia pública de Lucía Yera, una madre cubana que acusa a los médicos del hospital local de negligencia médica, luego de que su hijo falleciera por meningoencefalitis, mientras los galenos insistían en que solo tenía un catarro
El caso, que ha sacudido a la opinión pública y encendido las redes sociales, pone una vez más en el centro del debate la crisis del sistema de salud cubano y la frecuencia de errores fatales en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades graves en la isla.
¿Qué pasó realmente? ¿Por qué es una negligencia médica?
Según el testimonio de la madre, su hijo comenzó a presentar síntomas preocupantes: fiebre alta, vómitos, letargo y un malestar general que iba en aumento. Sin embargo, al acudir al hospital, los médicos minimizaron la situación, atribuyendo los síntomas a un simple catarro y enviándolo de regreso a casa sin realizar exámenes complementarios ni considerar diagnósticos más graves. La realidad era otra: el niño sufría de meningoencefalitis, una inflamación grave del cerebro y las membranas que lo recubren, que puede tener consecuencias fatales si no se trata a tiempo.
La meningoencefalitis, especialmente en niños, puede evolucionar rápidamente y requiere diagnóstico urgente mediante punción lumbar y análisis de sangre, además de un tratamiento inmediato con antibióticos.
Los síntomas pueden confundirse con infecciones respiratorias leves, pero la presencia de fiebre persistente, vómitos, convulsiones, somnolencia o irritabilidad deben ser señales de alarma para cualquier profesional de la salud. En este caso, la falta de atención adecuada y la negativa a realizar estudios más profundos resultaron en un desenlace trágico.
Negligencia médica: el diagnóstico erróneo y la verdadera enfermedad
Mientras los médicos insistían en que el niño solo tenía un catarro, la enfermedad real era meningoencefalitis, una afección que requiere intervención urgente. El diagnóstico erróneo retrasó el tratamiento necesario, lo que agravó la condición del menor hasta llevarlo a la muerte, como una total muestra de la negligencia médica. Este tipo de errores no solo evidencia la falta de recursos, sino también la desidia y la sobrecarga de un sistema de salud que, en teoría, presume de ser uno de los mejores del continente.
Reacciones en redes sociales ante la negligencia médica: indignación y exigencia de justicia

Captura de pantalla del facebook de Lucía Yera, madre del menor
La noticia de la muerte del menor y la denuncia de su madre por negligencia médica se viralizó rápidamente en redes sociales, donde cientos de usuarios expresaron su rabia, impotencia y solidaridad con la familia.
Los comentarios apuntan tanto a la responsabilidad individual de los médicos como al colapso generalizado del sistema de salud cubano, que en los últimos años ha mostrado signos alarmantes de deterioro.
Muchos exigen justicia y sanciones para los responsables, mientras otros comparten historias similares de negligencia y abandono en hospitales de todo el país.
No faltan quienes señalan que la exposición pública en redes sociales se ha convertido en el único mecanismo de denuncia y búsqueda de justicia ante la falta de respuesta institucional. La sensación de impunidad y la ausencia de investigaciones serias sobre estos casos alimentan la frustración de la población, que cada vez confía menos en las autoridades sanitarias.
Casos similares de negligencia médica: una realidad que se repite

Hospital pediátrico José Luis Miranda, en Santa Clara/ Ecured
Lamentablemente, el caso de Lucía Yera y su hijo no es un hecho aislado de negligencia médica. En septiembre de 2022, la familia de Kendall Natasha Blanco Estrada, una bebé de siete meses, denunció la muerte de la menor en el mismo hospital de Santa Clara por una cadena de errores médicos y diagnósticos tardíos, que incluyeron desde infecciones bacterianas mal tratadas hasta la administración inadecuada de medicamentos.
Los familiares relataron cómo la niña convulsionó sin que los médicos reaccionaran a tiempo, y cómo la falta de recursos y la sobrecarga del personal contribuyeron al desenlace fatal, sin dudas una muestra más de negligencia médica.
Otro caso reciente es el de una madre que denunció ocho meses de peregrinaje por consultorios y hospitales sin que su hija recibiera un diagnóstico adecuado para una enfermedad dermatológica grave. La niña solo recibía tratamientos genéricos y superficiales, mientras su condición empeoraba. Incluso hay denuncias de adultos jóvenes que han muerto por falta de atención y recursos básicos, como insulina o acceso a ambulancias, en hospitales de La Habana.
La negligencia médica en Cuba: ¿problema de recursos o de actitud?

Foto creada con IA
Si bien es cierto que el sistema de salud cubano atraviesa una crisis de recursos, con escasez de medicamentos, equipos y personal, muchos denuncian que la negligencia médica va más allá de la falta de insumos. La desmotivación, la sobrecarga laboral, la falta de actualización profesional y la indiferencia ante el dolor ajeno son factores que, sumados al colapso institucional, generan un caldo de cultivo para tragedias como la de Santa Clara.
Los testimonios recogidos en redes sociales y medios independientes reflejan una pérdida de confianza en el sistema y en los profesionales de la salud, que en muchos casos parecen más preocupados por cubrirse las espaldas que por salvar vidas. Mientras tanto, las familias cubanas siguen pagando el precio más alto: la vida de sus seres queridos.
La muerte de un niño por meningoencefalitis en Santa Clara, tras un diagnóstico erróneo de catarro, es solo la punta del iceberg de una crisis sanitaria y humana que afecta a miles de cubanos.
La denuncia de su madre no solo busca justicia para su hijo, sino que pone en evidencia la urgente necesidad de cambios profundos en el sistema de salud cubano, donde la negligencia médica no puede seguir siendo la norma ni la impunidad la respuesta. La vida de los niños cubanos merece algo mejor.