Terror a Plena Luz del Día: Intento de Homicidio Contra un Menor en Songo La Maya.

Foto: Granma
Un acto de violencia extrema sacudió el sábado 2 de agosto al municipio Songo La Maya, en Santiago de Cuba, cuando un hombre conocido como “Bolo” según una publicación de la página de facebook Ezz Cristiansito informa, intentó asesinar con un machete a un menor de edad en plena calle, cerca del Parque Girón.
De acuerdo a dicha publicación el ataque, ocurrido alrededor de las 3:30 p.m., dejó a toda la comunidad en estado de conmoción y alerta.
Terror a Plena Luz del Día: Intento de Homicidio Contra un Menor en Songo La Maya.

Foto:wikipedia
Un ataque que pudo terminar en tragedia
Según testigos, el agresor se lanzó directamente contra el niño, estudiante de secundaria, con intenciones claras de matarlo.
Fue gracias a la intervención desesperada de varios vecinos que se evitó un desenlace fatal.
Tras ser desarmado, “Bolo” no cesó su agresión: comenzó a lanzar piedras contra el menor, una de las cuales estuvo a punto de impactarlo en la cabeza.
Los padres del niño no se encontraban presentes en el momento del ataque, lo que aumentó la vulnerabilidad de la víctima.
Un agresor conocido y libre
“Bolo” es ampliamente conocido en el barrio por su historial violento.
Ha sido señalado como paciente psiquiátrico, y en varias ocasiones se le ha visto protagonizando episodios de agresividad.
Sin embargo, sigue caminando libremente por las calles.
Vecinos denuncian que las autoridades se han limitado a clasificarlo como “enfermo mental”, sin aplicar medidas efectivas que garanticen la seguridad de la comunidad.
> “¡Hoy fue un niño, mañana puede ser cualquiera! ¿Qué esperan para actuar?”, gritó indignada una residente de la zona.
El barrio entero se encuentra en estado de alerta.
Más allá del miedo, lo que domina es la indignación:
¿Por qué sigue libre alguien con antecedentes de violencia?
¿Qué protocolo existe para tratar a pacientes potencialmente peligrosos?
¿Cuántos menores más deben correr riesgo antes de que se tomen medidas?
No es solo un ataque: es un síntoma de impunidad

Foto:wikipedia
Cuando la violencia se justifica con diagnósticos y la impunidad se ampara en informes médicos, lo que está en juego no es solo una vida, sino la seguridad de todos.
Hoy la comunidad exige respuestas, y sobre todo, justicia. Porque proteger al agresor mientras se abandona a las víctimas es una forma silenciosa —pero letal— de complicidad.