Brutal asesinato tras inscripción de recién nacida: una familia pide justicia

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Un terrible crimen ha conmocionado a la comunidad rural de El Manguito, en Songo La Maya, Santiago de Cuba. Raumelis Victorero Rivera, un campesino conocido y respetado, fue brutalmente asesinado a machetazos el pasado 22 de julio, horas después de inscribir oficialmente a su hija recién nacida. Este acto violento ha puesto en evidencia no solo la inseguridad en las zonas rurales cubanas, sino también la profunda desconfianza de las familias en el sistema judicial del país.
Un ataque atroz y premeditado

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Raumelis Victorero Rivera, de 34 años, había celebrado uno de los momentos más felices de su vida: la inscripción legal de su hija menor, de solo un mes de nacida. Sin embargo, la felicidad se tornó en tragedia al ser emboscado poco después en un camino rural conocido como Corralón, ubicado dentro de la comunidad de El Manguito, Songo La Maya.
Según denuncias recibidas por el medio independiente CubaNet, al menos cuatro personas, incluido su excuñado con quien mantenía conflictos previos, atacaron a Raumelis con machetes. Los agresores se ensañaron sin piedad, causándole heridas principalmente en los brazos y las piernas. Aunque su hermano menor intentó auxiliarlo, Raumelis murió desangrado antes de llegar al policlínico de La Maya.
Una prima de la víctima relató que el ataque fue planeado y que “lo estaban esperando”, señalando que el excuñado había prometido venganza tras un incidente ocurrido hace dos años, cuando una pelea dejó al agresor con una discapacidad permanente en un brazo.
Contexto del conflicto y perfil de la víctima
El origen del crimen parece ser una vieja disputa familiar agravada por resentimientos personales. El excuñado, quien había resultado herido en una pelea anterior con Raumelis, fue el principal sospechoso del ataque mortal. Sin embargo, la familia denuncia que otros tres individuos habrían participado en la emboscada.
Raumelis era un campesino reconocido por su labor en la agricultura y la crianza de animales en la comunidad. Su vida, dedicada al trabajo rural, su esposa y sus dos hijas pequeñas ahora quedan desamparadas, mientras sus padres ancianos sufren la pérdida de un hijo querido. El hombre cumpliría 35 años el próximo 5 de agosto.
Brutal asesinato tras inscripción de recién nacida: Familia denuncia amenazas e impunidad

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La tragedia no ha terminado con el asesinato. Tras la detención del excuñado y otras personas sospechosas, la familia expresó su temor de que las autoridades cubanas minimicen la responsabilidad del crimen concentrándola solo en el principal acusado. “Si él asume toda la culpa, los otros van a salir libres, y eso nos pone en peligro”, denunció una familiar.
Además, el hermano menor de Raumelis recibió amenazas directamente relacionadas con el crimen, lo que ha obligado a la familia a iniciar trámites legales para protegerse. “Todos los que participaron deben pagar, incluso quienes se quedaron mirando sin hacer nada”, exigen los allegados, que claman justicia en medio de un sistema judicial que, según expresan, frecuentemente muestra ineficacia e impunidad.
Violación a la dignidad humana
La crueldad del ataque ha generado una profunda indignación en la comunidad. Para añadir más dolor, imágenes explícitas del cuerpo sin vida de Raumelis fueron filtradas y circulan en la zona, causando trauma y angustia entre sus familiares y amigos.
Cada vez que cierro los ojos, veo esas fotos. No puedo quitármelas de la cabeza. Nunca había presenciado tanta crueldad”, afirmó su prima entre lágrimas, reflejando el difícil duelo y la sensación de vulnerabilidad que viven.
Reflexión sobre la justicia y la violencia en Cuba
Este crimen no solo evidencia la vulnerabilidad de los habitantes de zonas rurales cubanas ante la violencia, sino también la fragilidad del sistema de justicia en la isla. La familia de Raumelis lamenta que en Cuba “sea más grave matar una vaca que a una persona”, haciendo eco a una desconfianza generalizada en las instituciones encargadas de proteger a los ciudadanos y garantizar justicia.
La muerte de Raumelis pone en evidencia no solo la tragedia individual de una familia destrozada, sino también un problema más profundo: la impunidad que fomenta el miedo y la inseguridad en comunidades enteras. La solicitud de justicia que hacen sus allegados busca romper ese ciclo y reclamar que hechos tan atroces no queden sin consecuencias.