Tragedia en La Habana Vieja: Mueren tres personas, incluida una niña, en un derrumbe en Monte 722

Foto: Ransel Londres / Facebook

Foto: Captura Ransel Londres / Facebook
También acudieron al sitio autoridades del Partido Comunista, del gobierno municipal, líderes comunitarios y vecinos, quienes colaboraron con las labores de rescate en medio del caos y el dolor.
Hasta el momento, no se han revelado públicamente las identidades de las víctimas ni se han ofrecido detalles adicionales sobre las causas del colapso, aunque vecinos aseguran que el edificio mostraba señales visibles de deterioro estructural desde hace años.

Foto: Ransel Londres / Facebook
La tragedia de Monte 722 y la crisis habitacional en La Habana
El derrumbe en Monte 722 no es un hecho aislado. Se suma a una larga y dolorosa lista de siniestros similares que evidencian el progresivo y alarmante deterioro del fondo habitacional en zonas históricas como Centro Habana y La Habana Vieja.
Miles de edificaciones, muchas centenarias y con escaso o nulo mantenimiento, albergan a familias enteras que viven bajo la amenaza constante de un colapso. La falta de inversión en infraestructura residencial contrasta con el auge de la construcción hotelera en las mismas áreas, generando un resentimiento profundo entre los residentes, que no ven mejoras tangibles en sus condiciones de vida.
Expertos urbanistas y arquitectos han advertido durante años sobre esta crisis estructural acumulada, que hoy cobra vidas y fragmenta comunidades enteras. La escasez de materiales, la falta de voluntad política para priorizar la vivienda social y la desatención institucional agravan aún más un panorama que se vuelve cada día más crítico.

Foto: Ransel Londres / Facebook
Un dolor compartido tras tragedia en La Habana Vieja
Las redes sociales se han llenado de mensajes de dolor y consternación por las víctimas del derrumbe. Las condolencias a los familiares y amigos se multiplican, mientras muchos ciudadanos expresan su frustración por una tragedia que pudo haberse evitado.
Monte 722 se convierte hoy en símbolo de una ciudad que, entre la belleza de su patrimonio y la crudeza del abandono, sigue perdiendo a sus hijos. La Habana llora por tres vidas que no debieron apagarse.