36 países en riesgo de restricciones de ingreso a los Estados Unidos, según información filtrada por The Washington Post Estados Unidos podría estar a punto de endurecer aún más su política migratoria, pues la administración estadounidense estudia la posibilidad de añadir 36 países a su lista de naciones sujetas a restricciones migratorias. Esta medida, de concretarse, supondría uno de los mayores cierres migratorios de los últimos años y tendría un impacto significativo tanto a nivel internacional como en las comunidades migrantes dentro del país.

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36 países en riesgo de restricciones de ingreso a los Estados Unidos ¿Por qué Estados Unidos considera este veto?
El gobierno estadounidense justifica esta posible ampliación del veto migratorio alegando preocupaciones de seguridad nacional y falta de cooperación de algunos países en materia de documentación e identificación de sus ciudadanos. De acuerdo con el memorando, muchos de estos países no cuentan con sistemas confiables para emitir documentos de identidad, lo que dificulta el control migratorio y la verificación de antecedentes.
Además, se señala que un número considerable de ciudadanos de estas naciones ha excedido la duración permitida de sus visados en territorio estadounidense, lo que incrementa la preocupación de las autoridades migratorias.
¿Qué países estarían en riesgo de las nuevas restricciones?
Aunque la lista definitiva no ha sido publicada, se sabe que la mayoría de los países afectados serían africanos, incluyendo naciones como Nigeria, Angola y Egipto. También figuran algunos países asiáticos, como Camboya, y territorios del Caribe, entre ellos Saint Lucia y Saint Kitts y Nevis. El documento menciona, además, que se considerarán restricciones para países cuyos ciudadanos hayan estado involucrados en actividades consideradas “antiamericanas o antisemitas”.
Alternativas y exigencias de Washington
Para evitar ser incluidos en la lista de veto, Estados Unidos exige a estos países la presentación de un plan de acción concreto para mejorar sus sistemas de documentación y colaborar más estrechamente con las autoridades migratorias estadounidenses. El plazo para presentar estos planes es sumamente corto, lo que supone un gran desafío para naciones que ya enfrentan dificultades internas.
Como alternativa, Washington ha sugerido que algunos de estos países acepten la figura de “tercer país seguro”, lo que implicaría recibir a personas deportadas de Estados Unidos, aunque no sean originarias de esos países.
Consecuencias diplomáticas y sociales

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La posible ampliación del veto migratorio ya ha generado inquietud en el ámbito internacional. Analistas advierten que la medida podría deteriorar las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y los países afectados, muchos de los cuales ya enfrentan crisis políticas o económicas.
En el plano social, la restricción tendría un impacto directo en las comunidades migrantes, dificultando la obtención de visados y la reunificación familiar. Organizaciones defensoras de los derechos humanos han criticado la medida, argumentando que penaliza a poblaciones enteras por las deficiencias de sus gobiernos y perpetúa estigmas históricos.
La administración estadounidense aún no ha hecho declaraciones oficiales sobre el contenido del memorando filtrado, pero se espera que el tema sea objeto de debate en el Congreso en los próximos días. Mientras tanto, organizaciones civiles y pro-migrantes exigen mayor transparencia y una evaluación humanitaria antes de tomar decisiones que podrían afectar a millones de personas.
En definitiva, la posible ampliación del veto migratorio por parte de Estados Unidos representa un punto de inflexión en la política migratoria del país y reabre el debate sobre los límites entre la seguridad nacional y los derechos humanos.